RHU es la punta de la pirámide de los vinos de Viñedos de Alcohuaz, nombrado en honor al portal a través del cual la información pasa de divinidad a humanidad. Es la génesis del proyecto. La primera cosecha de RHU fue el 2011. Es una mezcla tinta cuyo principal componente es el Syrah, proveniente de las mejores plantas de los viñedos plantados en plena Cordillera de los Andes.
RHU 2012 es una mezcla de Syrah (73%) Garnacha (18%) y Petit Sirah (9%). Es una añada cálida en el Valle del Elqui, resultando un vino maduro, pero con la verticalidad que entregan las características del lugar y su aporte al equilibrio final.
RHU 2013 es una mezcla de Syrah (64%) Garnacha (20%) y Petite Sirah (16%). El vino se muestra con mucha tipicidad, compacto, suave y profundo, ayudado por la acidez que entrega un lugar como el Valle del Elqui. La vendimia fue corta, concluyendo el 13 de marzo.
RHU 2014 es una mezcla de Syrah (82%) Garnacha (15%) y Petite Sirah (3%). De las primeras cuatro añadas esta es la que mayor porcentaje de Syrah tiene. Fermentación espontánea y maceración en lagares de roca. La crianza se realizó en fudres de madera de 2.500 litros por un periodo de 35 meses. El vino tiene una gran tensión en el paladar. Fue catado en abril del 2019 y tendrá una buena evolución durante los próximos 5 años.
RHU 2015 es una mezcla de Syrah (80%) Garnacha (5%) y Petite Sirah (15%). El vino se guarda en fudres de madera de 2.500 litros por 35 meses. La fermentación ocurre de manera espontánea en grandes lagares de roca que fueron construidos en la propiedad. Por su tendencia a la oxidación, la Garnacha fermenta sola en contenedores de cemento. El vino tiene una gran tensión y textura, apoyado además en su acidez. La añada tendrá una buena evolución por los próximos 10 años.
RHU 2016 es una mezcla de Syrah (93%) Garnacha (3%) y Petite Sirah (4%). Se guardó en fudres de madera de 2.500 litros por 29 meses. Fermentación espontánea en lagares de roca con un 40% de racimo completo, a excepción de la Garnacha que fermenta en contenedores de cemento. Fue una añada difícil debido a las nevadas de octubre de 2015. El vino tiene aromas terrosos y una acidez jugosa. Desarrollará mayor complejidad después de una guarda de 5 a 8 años.
La mezcla de RHU 2017 es la más atípica de todas las que se han elaborado hasta ahora: 85% de Syrah y 15% de Cariñena. El vino es austero, pero se siente la piedra y mineralidad de los suelos graníticos. Hay aromas a espinos, flores y pimienta rosada. Tiene una muy buena tensión en el paladar. La fruta es ácida y fluye de manera muy ágil en el paladar.
Esta fue una muy buena añada para RHU, que se fermentó con un 90% de racimo entero, en lagares de roca y solo levaduras nativas. La mezcla 2018 tiene un 80% de Syrah, 12% de Petite Sirah y un 8% de Garnacha y se guardó durante 32 meses en fudres de madera de 2.500 litros. Una versión elegante, balanceada y muy fresca, donde el Syrah se muestra con mucho carácter. En la nariz predominan las notas flores y hierbas silvestres, con un leve matiz ahumado. Se espera una buena evolución para los próximos 10 años.
Nuestro segundo vino, nombrado en honor a la constelación austral de la Grulla o Gruis: la nave de la materialización entre lo divino y lo terrenal. GRUS es una mezcla tinta que adquiere su tipicidad en la combinación de diferentes parcelas ubicadas a distintas alturas dentro de Alcohuaz. En algunas cosechas se ha usado el Malbec dentro de sus componentes, mientras que en otras, por ejemplo, se reemplazó por el Petit Verdot. La primer añada de GRUS en el mercado fue la 2014.
GRUS 2015 es una mezcla Syrah (50%) Garnacha (26%) Petite Sirah (14%) y Petit Verdot (10%). Durante el verano del 2015 no hubo precipitaciones y se considera un año frío para el lugar. La nariz de este vino está marcada por una fruta negra como la mora y en el paladar es largo y destaca su acidez jugosa.
GRUS 2016 es una mezcla de Syrah (56%) Garnacha (21%) Petite Syrah (14%) y Petit Verdot (9%). Un invierno frío y un verano seco marcaron esta cosecha, resultando un vino más especiado, con algunas notas ahumadas y muy buena acidez en boca. En octubre de 2015 hubo una helada importante con -2,8ºC que afectó al viñedo. La producción fue muy baja pero de gran calidad.
GRUS 2017 es una mezcla de Syrah (60%) Garnacha (13%) Petit Verdot (15%) y Petite Sirah (12%). Durante el invierno no hubo eventos de nieve, pero el verano fue seco con temperaturas más altas que el promedio en el valle. La fruta roja está muy presente en esta añada, acompañada por una sensación jugosa y de buena acidez. GRUS es un muy buen resumen de la mayoría de las parcelas con que cuenta Viñedos de Alcohuaz arriba en la Cordillera de los Andes.
GRUS 2018 es un blend de Syrah (51%) Garnacha (10%) Petit Verdot (16%) Petite Sirah (15%) Malbec (5%) y Cariñena (3%). Es el primer vino de la bodega que usa la Cariñena en su mezcla. La fruta se manifiesta con gran frescor, aromas herbáceos y especiados, que junto con el paladar logran balance y equilibrio. GRUS es un muy buen resumen de la mayoría de las parcelas con que cuenta Viñedos de Alcohuaz arriba en la Cordillera de los Andes.
La mezcla de GRUS 2019 corresponde a un 75% de Syrah, 13% Petite Sirah, 7% Garnacha, 2% Malbec, 2% Cariñena y 1% Petit Verdot. GRUS es el vino de entrada de Viñedos de Alcohuaz, una selección de los distintos viñedos que hay en la propiedad, plantados entre los 1.750 y 2.206 metros de altitud. En una añada algo más calurosa que lo habitual, el vino se siente jugoso, con una buena estructura y acidez que se alarga en el paladar. Notas florales y cárnicas en los aromas.
A pesar que el 2020 se inició con un verano mucho más seco y cálido que un año promedio en Alcohuaz, el vino está marcado por su acidez y esa columna vertebral de taninos punzantes. La mezcla está compuesta por un 42% de Syrah, 25% de Garnacha, 20% de Petit Verdot, 5% de Petite Sirah y un 8% de Touriga Nacional, siendo esta la primera vez que la variedad de origen portugués se incorpora a los tintos de Viñedos de Alcohuaz. GRUS expresa de la mejor manera el tinto de montaña, una representación de las parcelas en las alturas del Valle de Elqui.
La mezcla de GRUS 2021 corresponde a un Syrah (59%), Petite Sirah (6%) Petit Verdot (8%), Touriga Nacional (13%), Cariñena (12%) y Malbec (2%). Este añada tiene un buen equilibrio entre frutas y notas minerales. Se sienten las texturas en el paladar. La boca es fresca y está presente esa acidez que le aporta el viñedo plantado sobre la altura. GRUS expresa de la mejor manera el tinto de montaña, una representación de las parcelas que tiene Alcohuaz en el Valle de Elqui.
LA ERA es un 100% Malbec proveniente de una sola parcela y representa la máxima expresión de la cepa en lo alto del Valle del Elqui. Este vino se guarda durante 20 meses en huevos de concreto y se embotella todo de una vez, por lo tanto existe solo un lote. Los viñedos se plantaron el año 2005. La primera añada de LA ERA en el mercado fue la 2015.
La Era 2016 no se elaboró. Una helada a mediados de octubre del 2015 afectó el viñedo y solo se obtuvo un 18% del volumen previsto de las uvas.
Después de un año sin embotellar La Era, nuestro Malbec plantado a 1.796 metros de altitud logra una gran expresión varietal, con marcadas notas florales en nariz y muy buena acidez. El vino que se guarda en huevos de concreto por 20 meses consiguió en esta segunda cosecha un total de 2.346 botellas.
CUESTA CHICA es un 100% Garnacha proveniente de una sola parcela, cuyos viñedos fueron plantados los años 2009 y 2010. Sus distintivas notas y características son producto de la interacción entre la cepa misma y las singulares condiciones del valle a 2.179 metros de altitud. Esta es la primera añada de Cuesta Chica en el mercado, tinto que se fermenta en tanques troncocónicos de concreto y levaduras nativas. Floral, de taninos finos y buena acidez.
La Garnacha CUESTA CHICA 2016 es un vino escaso. Su producción fue de apenas 839 botellas. Luego de su estreno en el mercado tuvo muy buena crítica por parte de la prensa especializada: fue elegida la Mejor Garnacha por la Guía Descorchados 2018 y el crítico de Wine Advocate, Luis Gutiérrez, la destacó dentro de su artículo Best of 2018. Esta es la segunda cosecha de CUESTA CHICA y durante su fermentación se usó un 40% de racimo completo, buscando una mayor textura en boca. Sutil, elegante y equilibrado.
Los viñedos de donde provienen las uvas de Garnacha para CUESTA CHICA están a 2.179 metros de altitud, posiblemente una de las mayores alturas en el mundo para la variedad. La Garnacha se fermenta en tanques troncónicos de concreto y no en los lagares de piedra porque es más susceptible de oxidación y el 60% de las uvas se usó con racimo completo, lo que le dio al vino algo de rusticidad y textura en el paladar.
Para esta cosecha 2018, la Garnacha de Alcohuaz se vinificó con un 60% de racimo completo, con el objetivo de buscar mayor textura en el paladar. Un año relativamente fresco, con una buena expresión varietal. El vino se guardó durante 20 meses en huevos de concreto. Los viñedos de donde provienen las uvas de Garnacha para CUESTA CHICA están a 2.179 metros de altitud, posiblemente una de las mayores alturas en el mundo para la variedad.
El viñedo Cuesta Chica está a 2.179 metros de altitud, en medio de la Cordillera de los Andes en el Valle de Elqui. Las uvas se fermentan en tanques de concreto con un 60% de racimo completo y la guarda se hizo en huevos de cemento de 1.600 litros por 22 meses. 2019 es la quinta añada de esta Garnacha. En nariz tiene aromas a guindas ácidas y polvo de granito. Un tinto con gran tensión y estructura firme, pero a la vez delicada. La técnica del racimo completo le entrega una mayor sensación de frescor y deliciosa textura en el paladar.
Cuesta Chica es un vino escaso del que se elaboraron solo 950 botellas. Las uvas se fermentaron en tanques troncocónicos de concreto con un 60% de racimo completo y luego se guardó por 22 meses en un huevo de concreto de 700 litros. Tiene notas a flores y polvo de granito. El uso del racimo entero durante la fermentación le aporta una suave textura en el paladar y aumenta su sensación de frescor. Es un tinto de una estructura fina y delicada, de muy buena acidez.
Cuesta Chica es una Garnacha pura y no se mezcla con ninguna otra variedad. Esta añada es posiblemente una de las mejores desde que se empezó a embotellar por primera vez el 2015. En la nariz tiene notas a pólvora, sutiles, frescas y elegantes. Fermentó con levaduras nativas, 100% racimos enteros y se guardó durante 18 meses en huevos de concreto. Es un tinto con muy buena acidez y tendrá gran evolución en los próximos años.
Esta es la primera añada en la que las uvas proceden de tres parcelas situadas a gran altitud: Cuesta Chica, Cuesta Grande y El Llano. CUESTA CHICA se vendimió el 4 de marzo y se vinificó con un 80% de racimos enteros. CUESTA GRANDE se vendimió el 11 de marzo y se vinificó con un 60% de racimos enteros. EL LLANO se vendimió el 15 de marzo y se vinificó con un 100% de racimos enteros. Las uvas se fermentaron en troncocónicos de concreto. Esta Garnacha 2022 tiene notas herbáceas y florales. La acidez está presente en el paladar y tiene un buen potencial de guarda, de 7 a 8 años.
TOCOCO es un 100% Syrah proveniente de una sola parcela, cuyos viñedos fueron plantados el año 2009 a una altura de 1.788 metros de altitud. El TOCOCO es un ave característica del valle, que curiosamente prefiere caminar que volar, desplazándose por entre los viñedos a toda velocidad. El vino se guarda durante 20 meses en fudres de madera, antes de embotellarse. La primera añada de TOCOCO en el mercado fue la 2015.
La segunda cosecha de este vino de parcela tiene una gran tipicidad, notas herbales se mezclan con algunos matices cárnicos muy propios del Syrah. Luego de la cosecha, las uvas se pisan en lagares de piedra y el vino se guarda durante 22 meses en fudres de madera de 2.500 litros. Los viñedos fueron plantados el año 2009 en plena Cordillera de los Andes a 1.788 metros de altitud.
Es la añada con la cosecha más temprana para esta parcela de Syrah (16 de febrero). La uva tuvo una maceración en lagar de roca y entre un 20% a un 30% se fermentó con racimo completo. Con esto se busca textura y tensión en la boca. El vino tiene taninos jugosos, acidez y fruta negra. Un carácter único que solo se da con el Syrah que crece en el Valle del Elqui.
Un muy buen año para el Syrah de Alcohuaz. Durante el invierno y la primavera hubo importantes acumulaciones de agua en montañas y quebradas que rodean al viñedo. Para la cosecha 2018 se usó entre 20% y un 30% de racimo completo en la vinificación y el vino fue guardado durante 21 meses en fudres de madera. Aromas característicos de la variedad en un cuerpo de acidez fresca que le permitirá una larga evolución.
La cosecha 2019 de Tococo tiene un 15% de Petite Sirah y se usó un 100% de racimo entero durante el proceso de vinificación. El vino tuvo una guarda de 22 meses en fudres de madera de 2.500 litros. La nariz de este Tococo refleja nítidamente su lugar de origen, con aromas a polvo de granito en un cuerpo de frutos rojos ácidos. En la boca se sienten esas notas terrosas, con taninos marcados y una muy buena acidez.
Al igual que la cosecha anterior, Tococo 2020 tiene en su mezcla final un 15% de Petite Sirah, variedad que le aporta más de acidez al vino en una cosecha algo más calurosa, pero muy seca. La guarda se realizó en fudres de madera por 21 meses y en la fermentación se usó 100% de racimo completo. En la nariz se siente el polvo de granito, las especias, grafito y pimienta rosada. Tiene muy buena profundidad de sabores y gran acidez.
Tococo 2021 tiene un 85% de Syrah y un 15% de Petite Sirah. Su vinificación fue hecha con levaduras nativas y 100% de racimo entero. La crianza se realizó en fudres de madera de 2.500 litros por 18 meses. Fue una buena añada para Tococo, elegido como el mejor Syrah de Chile. En la nariz tiene los aromas característicos del suelo de Alcohuaz: polvo de granito, además de algunas notas florales y fruta negra, con buena acidez, estructura, una gran definición. Es un tinto muy representativo del lugar.
Esta es la primera cosecha de la Cariñena de Alcohuaz, cuyo viñedo está plantado a 2.188 metros de altitud, siendo, probablemente, la Cariñena más alta del mundo. El vino se guardó tres años en un huevo de concreto y posteriormente 4 años más en botella. Su acidez radical ha logrado equilibrarse en este tiempo, convirtiéndose en una de las principales características de este PINGO PINGO. Hay notas a polvo de granito, piedras y grafito. Su estructura es vertical y se aprecia una buena evolución.
2016 es la segunda añada de Pingo Pingo, 100% Cariñena proveniente de un viñedo de 0,8 hectáreas plantado a 2.188 metros de altitud en plena Cordillera de los Andes. El vino tuvo una crianza de 3 años en un huevo de concreto y luego 4 años más en botella. Fue una cosecha complicada, antecedida por nevazones y heladas que dañaron los brotes en primavera, obteniendo rendimientos muchos más bajos que en un año normal. En la nariz tiene notas herbáceas, a espinos y polvo de granito. En boca es de buena acidez. Tiene buena tensión y estructura.
2017 es la tercera cosecha de Pingo Pingo, 100% Cariñena proveniente de un viñedo de 0,8 hectáreas plantado a 2.188 metros de altitud en plena Cordillera de los Andes. El vino tuvo una crianza de 3 años en un huevo de concreto y luego 4 años más en botella. Fue una temporada más seca que el promedio, lo que llevó a una cosecha más temprana (15 de marzo). En la nariz tiene notas ahumadas y especiadas. El paladar es fresco, tiene buena acidez y equilibrio. Buena añada de Pingo Pingo.
El séptimo vino de la bodega se inspira en los septenios, un ciclo de tiempo donde las personas implementan cambios con determinadas características. El 7 es un número muy significativo para distintas culturas. Está también presente en la mitología y simboliza la totalidad y la perfección. VDA 7 es una mezcla tinta que usa las siete variedades que hay ALCOHUAZ: Syrah, Petite Sirah, Petit Verdot, Touriga Nacional, Cariñena, Garnacha y Malbec.